Sunday, January 6, 2008

Calixto Connor

Se llamaba Calixto Connor y como su nombre indicaba no era ni de acá ni de allá. Calixto odiaba su nombre y no le importaba que fuera el mismo que su fallecido abuelo el famoso Calixto Contreras al que todos recordaban como el” Gran Calixto” o “Calixto the Great” benefactor del minúsculo pueblo de Californiaville, en las afueras del Chaco Paraguayo. 

Los pobladores de Californiaville eran, como el pobre Calixto, primero, ignorantes, segundo, pobres y tercero, pajueranos. Calixto ignoraba el significado de este término pero era el ejemplo que confirma la regla: Hijo de pajuerana, más pajuerano y el pobrecito de Calixto era la quinta generación de los Contreras. Sin embargo, Calixto tenia una ventaja sobre sus antepasados. Su madre, la Matilda, se había enamorado del único extranjero que podía explicar la geografía de sus origenes: el Mr. Connor o más bien ”elmisterconor” como habían simplificado su nombre los lugareños. 

John Connor había nacido en Irlanda hacía unos cuantos años y como buen Irlandés orgulloso de sus orígenes pero a la vez un “ genetically-challenged rolling stone” decidió emigrar. El destino, junto con un grupo de idealistas conservacionistas, lo habían llevado a este remoto asentamiento 20 años atrás. Los conservacionistas fundaron la “Colonia Resplandor” o “lacoloñia”: Otra vez la lengua gutural local había tenido más peso que miles de volúmenes de gramática. “Lacoloñia” era un proyecto ambicioso, crear la comunidad perfecta en un habitat indómito con especies desconocidas (los lugareños no contaban como especie ignota pero los estudiosos decidieron que eran unos bichos más raros que las mulitas de cinco patas que habían encontrado así que incluyeron algunos especímenes en el proyecto). 

La Matilda Contreras era nada más ni nada menos que la mayor de las 10 hijas de Don Calixto y Doña Felisa. Los Contreras tenían grandes ambiciones para la Matilda: casarla con el hijo de Don Cícero: el Pascualito. La Matilda siempre supo que se casaría con el Pascualito y aunque solo verlo a la distancia esqueletísimamente flaco, con su andar de pollo anémico, la boina apolillada y la bragueta siempre abierta le provocaba nauseas, jamás había presentado ninguna objeción porque Don Calixto era más famoso por su temperamento que por sus buenas obras y porque la Doña Felisa tenía nueve hijas mas que acomodar y cero candidatos para llenar los puestos vacantes. La Matilda estaba resignada a su destino y se consolaba pensando que después de todo el Pascualito tenía algunas buenas características: tenía todos sus dientes y no se comía los mocos. 

La Matilda tendría alrededor de 15 años cuando llega “elmisterconor” y trata de re-colonizar Californiaville. Los gringos llegaron sin aviso y tampoco habían pedido permiso a Don Cayetano, el intendente del pueblo, por lo que se encontraron envueltos en una burocracia digna del primer mundo. Don Cayetano no lograba comprender el propósito del emprendimiento y ni las maestras del Liceo Número 1 ni Salomón Leiva, el veterinario local, podían hacerlo entrar en razón de que este pequeño grupo no tenía ninguna ambición más allá de lo sociológico-científico. Finalmente, y a regañadientes, Don Cayetano dió su aprobación después de hacer firmar al líder del grupo, el silencioso Dr. James Flynn que poco o nada entendía la razón del alboroto, una abultada pila de formularios y permisos. 

James Flynn era un líder nato. A falta de palabras, iba directo a los hechos. Los voluntarios conocían la naturaleza lacónica de Mr. Flynn (o “el dotorcitoFlyn”) por lo que no le pedían peras al olmo y se conformaban con un asentamiento de cabeza o un simple “uhmmm” (“uhm-uhm” era un rotundo “no”). El dotorcito era callado pero ningún tonto y sabía todo lo que pasaba a su alrededor. También Irlandés pero de las clases altas, había desertado de un futuro burgués justo a tiempo, dándole a su padre, Sir Douglas Flynn, una vejez sin nietos ni herederos y una nueva razón para casarse por quinta vez y pasar sus últimos años en un condo en la Florida con Kelly , una rubia de apenas 25 años de vida pero 50 de experiencia. El resto del contingente era de origen variado: Oskar, el alemán, pasaba sus horas libres en sumo recogimiento después de una tardía conversión del luteranismo a un radical catolicismo; Exodus, el nigeriano que comparaba las estepas de Californiaville con las de su pueblo natal y no paraba de correr; Jackson, el americano que estaba convencido de que este era un proyecto subvencionado por la NASA ; Caetano, el brasilero que sólo pensaba en la combinación de transporte para llegar al carnaval en Febrero; Massimo, el italiano que gritaba “bellisima” a cuanta pollera se le acercaba; Fabrizio, el otro italiano que gritaba “bellisimo” a cuanto pantalón se le acercara y Alexandrov, el apático ruso que aceptó con reticencia pensando que sufriría las reprimendas de la KGB si se negaba. 

El brillante proyecto sólo se opacaba por lo colorido del grupo. Nunca faltaba ni entretenimiento ni camaradería a pesar de una inagotable fuente de conflictos originada por las confusiones de lenguas y terminología. Al rescate siempre salía elmisterconor que tenía grandes dotes de mando y pocas pulgas lo que hacía el complemento perfecto con eldotorcitoFlynn que vivía sumido en múltiples hipótesis y una que otra hipotenusa. Sin embargo el master plan tenía una carencia en la que ningún científico había reparado: quién se encargaría de que el perfecto microcosmos de independencia científica masculina no se transformara en un macrocaos de inutilidad doméstica.


La Matilda, curiosa como toda gurí, se pasaba las aletargadas tardes sentada en la copa del sauce espiando a este grupo tan heterogéneo que trabajaba sin siquiera respetar la obligatoria siesta. Los animales dejaron de comportarse como tales y evolucionaron al nivel de semi humanos y la Matilda hubiera jurado que hasta los escuchaba hablar. Las lechuzas rezongaban en la oscuridad, los guanacos a los escupitajos, parecían entenderse el uno al otro. Los estudiosos sin embargo, no se daban cuenta de lo que pasaba a su alrededor, tan envueltos estaban en sus experiencias científicas.

La comunidad de Californiaville no fué la misma desde la llegada del contingente. Don Cayetano sentía la necesidad de hacer sentir su autoridad y bombardeaba al grupo con preguntas y revoloteaba alrededor como perro sin cola; las gurisas vivían en un estado de excitación permanente y grande era el revuelo cuando alguno de los eruditos visitaba el pueblo en busca de provisiones. Doña Felisa estaba avocada a un estudio sistemático de los candidatos y las tablas de compatibilidad con cada una de sus nueve hijas no alocadas. Pero no era la única. Todas las madres del pueblo realizaban en mismo análisis y esto se había convertido en una batalla campal. Ya nadie era amigo de nadie y la competencia era feroz: vecina contra vecina e hija contra hija. Las madres invertían a futuro gastándose los últimos pesos en coloridos y hasta ridículos atuendos para las hijas y las más visionarias decidieron que las modas del momento no eran suficientes e incursionaron en el diseño que las pocas veces que se acercaba al couture era por lo disparatado y poco práctico para la vida rural. Los padres, mientras tanto, hacían cuentas en cuánto aumentaría la cosecha con una mano extra. En verdad ninguno de los extranjeros era un gran candidato pero a falta de hombres… 

Don Cayetano, al ver el desparramo que el experimento estaba ocasionando, decidió tomar el toro por las astas y enfrentar al grupo con una nueva resolución: Tendrían que utilizar mano de obra local , 90% femenina y hasta 10% masculina en sus trabajos, sin especificar categorías . El Viejo astuto sabía que el matrimonio es una fuente inagotable de votantes y de esta manera se aseguraba otros 20 años como intendente y líder social. Fabrizio se encontraba en desventaja, con sólo el 10% masculino, pero sabía que sus encantos no pasarían desapercibidos y no dijo nada ya que la mayoría se había mostrado entusiasmada y no quería contradecir a tantos machos hambrientos de romance. Ahora eldotorcitoFlynn tenía que discernir para qué usaría tantas mujeres y tratar de evitar lo inevitable. Aunque primeramente, al saber del nuevo requerimiento, había emitido un sonido gutural de desaprobación, ahora podía darse cuenta que mujeres por cierto hacían falta. La primer medida a tomar era destronar a Exodus como rey del hogar y encargado de las tareas domésticas. Exodus no pudo estar más encantado con el coup de `etat y entregó el pela papas y la escoba rebozante de alegría.


Lo que Don Cayetano no tuvo en cuenta era que toda la población femenina de Californiaville calificaba para los puestos vacantes de los que se seguía ignorando el número y naturaleza. Salió al galope con la frente alta, la satisfacción de la tarea cumplida, y dejó una nube de confusión y caos. Los hombres se miraron y enfrentaron a eldotorcitoFlynn con las preguntas de rigor: “Cuántas son? Cuándo llegan? Cómo se llaman? Son lindas, jóvenes, solteras, simpáticas, delgadas…?” El dotorcitoFlynn en una ebullición de locuacidad exclamó en un perfecto e ininteligible Gaelic : “Científicas no son, pocas leen y/o escriben, necesitamos una o dos para limpiar y cocinar. Que hacemos con el resto?” Después de la traducción literal y simultánea del misterconor todos tenían respuesta para esa pregunta pero ninguno se atrevió a contestar. EldotorcitoFlynn era respetado y temido entre sus pares e impares. Elmisterconor salió a la pista para apaciguar los ánimos y todos retornaron a sus tareas llenos de preguntas y sin respuestas.

Al día siguiente todos despertaron al sensual aroma a café junto con un irritante cotorrerío. Descubrieron asombrados que la cocina había sido sitiada y no menos de 20 mujeres se peleaban acaloradamente por el control de las ollas y sartenes. La batalla era feroz y lejos de civilizada. Para cuando los hombres reaccionaron la cocina estaba bajo el dominio indiscutido de La Palmira, una mujer de amplios recursos de persuación y circunferencia. La Palmira estaba usando sus armas más secretas para seducir este ambriento lote: sus fabulosas tortas fritas con crema pastelera. Una delicia! La Palmira era la reina de las tortas fritas y todos los años volvía a ganar el primer premio del “Torta Frita Day” que se celebraba religiosamente el día de San Eustaquio , patrono del pueblo. El resto de las mujeres peleaba por el segundo puesto porque la Palmira ya se habia ganado su lugar en la cocina y eso nadie lo discutía. 

Uno por uno se fueron completando los lotes y el grupo tenía un harem de mujeres a sus órdenes: La Palmira en la cocina supervisaba a la Pocha, la Rosita y la Coca. En el area limpieza habían superado la prueba la pulcra Eleonora, a la que ninguna pelusa se le resistía, la Azucena, que vivía arrodillada encerando el piso y la Araceli que nadie entendía como habia llegado ahí aunque todos sospechaban que el Massimo había usado sus influencias ya que la Araceli tenía más que un encanto. Doña Felisa gruñía furibunda después de enterarse de que ninguna de sus 10 hijas habían encontrado un puestito. No era para sorprenderse, ya que Don Calixto jamás hubiera permitido que ninguna de sus princesas trabajara en tal oscuro emprendimiento y recordemos que la mayor, la Matilda solo tenía 15 años y sus hermanas entre los 13 y los 2 años estaban lejos de la madurez de la juventud pero ya habían sido enlistadas para cualquier eventualidad de la vida de tranco corto de Californiaville. 

El 10% masculino era otro tema en el que nadie más que Fabrizio estaba muy interesado por lo que se le dejó al tórrido italiano la selección final . Fabrizio sabía que
la población carecía de hombres con las características deseadas pero había tomado su decisión y le comunicó al dotorcitoFlynn que el Pedro podría llegar a ser muy útil. Más allá de los abultados triceps y un fabuloso sixpack el Pedro era simpático y locuaz, leía y escribía y era soltero. Perfecto.

EldotorcitoFlynn evaluó al candidato y aunque conocía las inclinaciones de Fabrizio consideraba que el Pedro era una buena elección. Nadie contaba con las influencias de Don Cícero que en la última campaña electoral había regalado zapatillas y sidras a diestra y siniestra para que votaran a Don Cayetano. En una súbita incursión usó sus poderes de persuación-o mejor dicho de corrupción- y en contados segundos el Pascualito tenía el puesto. Que desilución para el pobre Fabrizio!. 

Fabrizio no tenía ningún Plan B preparado para ejecutar con el Pascualito y después de verlo personalmente se dió cuenta que ni el Plan C, D o E funcionarían con semejante especímen. Abandonó la estrategia y se dejó llevar por la improvisación. Nadie estaba preparado para lo que se venía, ni el pobrecito del Pascualito que jamás había hecho mas que ordeñar a la Eduviges y separar las semillas de maní para la siembra. 

EldotorcitoFlynn ni se imaginaba lo que se le venía. Conocía la palabra “acomodado” pero nunca había experimentado una situación tan clarificante en cuanto a la amplitud del término. El Pascualito era un inútil: lento, paspado, dormido, sin iniciativa propia, analfabeto, corto de vista, paparulo y unas cuantas cosas más. Un caso perdido pero al que algún uso le tenían que dar si querían permanecer bajo el manto protector de Don Cícero y Don Cayetano.

No todo era negativo en cuanto al Pascualito y como la Matilda, Alexandrov y Caetano, los encargados de “development” lentamente se dieron cuenta que el bicharraco para algo podria servir. Abandonaron toda idea de ponerlo al mando de alguna tarea relacionada con el experimento y decidieron convertirlo a él en el experimento. Fabrizio era un gran partidario de esta idea porque había invertido sabias horas en tratar de sacar algo productivo del pobrecito sin ningún éxito. Sin embargo, la única que lo conocía a fondo, para su propia desgracia, era la Matilda.

La Matilda no quería ver al Pascualito ni pintado, pero al escuchar el ofrecimiento no pudo decir que no. Doña Felisa saltaba alocadamente de alegría mientras que Don Calixto, furibundo, no escatimó en recomendaciones para la hija preferida. El experimento consistiría en estudiar la velocidad de reacción y poder de resolución a la adversidad de un individuo de capacidad intelectual cercana a nula. Nadie quería que el Pascualito se diera cuenta de que era objeto de estudio y despertar la ira de los hombres de poder por lo que eligieron a otros conejitos de indias para compartir el experimento.


La Matilda en sus dulces 15 era preciosa pero ninguna luz. Había heredado los ojos almendrados y la ignorancia de la madre y la blancura de azucena junto con una testarudez de mula de su padre. John Connor quedó pasmado por su belleza en cuanto la vió pero corto como todo “anglo saxon” no dió ninguna señal de interés. Su castellano era primitivo y pausado pero seguro. Lamentablemente, la Matilda, lenta como burro en empinada, no parecía darse cuenta de los arremates de este foráneo admirador. Elmisterconor no podía entender qué mente perversa había condenado a esta preciosura a una vida conyugal con semejante insulto a la humanidad pero otra vez decidió callar y concentrarse en la ciencia. 

Los experimentos no iban nada bien. El Pascualito estaba entusiasmadísimo con su participación pero avanzaban muy lentamente y en cualquier dirección. Lo habían dejado sin comer por unos días y solo tenía un pequeño manual de instrucciones para encontrar algún alimento. La idea era ver si se podía aprender a leer intuitivamente y por necesidad. Cero resultados: el cuerpo alambroso del Pascualito estaba preparado para soportar días sin alimento y más y que ni se daba cuenta porque cuando lo iban a ver estaba entretenidísimo con algún yuyito o un hueso caracú abandonado por algún perro aristócrata. El resto de los voluntarios, también analfabetos, había podido descifrar parte del mensaje y se disponían a compartir una panzada de puchero con patita de cerdo y chorizo colorado. La Palmira se había lucido otra vez. El Pascualito , indiferente a la comilona seguía sumido en su micromundo. La Matilda trataba de entusiasmarlo en aprender pero el Pascualito parecía estar muy cómodo en su ignorancia.

Sin explicación ni anticipación el Pascualito un día desapareció y nadie lo volvió a encontrar. Esto no figuraba en los mas minuciosos planes de contingencia del Oskar, meticuloso como todo germano. Gran desparramo ! Despues de días de búsqueda en la jungla paraguaya y el intrincado chaco salvaje los equipos de rescate abandonaron todo sin preocuparse demasiado porque sabían que el atolondrado del Pascualito era mas resistente a las inclemencias climáticas y a las bestias feroces que ningún mortal de Californiaville. Don Cícero estaba perturbado pero bastante animado a pesar de haber perdido al único hijo. Todos, sin embargo, concluyeron que se lo notaba hasta aliviado. La Matilda estaba eufórica y no podia esconder su felicidad. Era libre por primera vez en su vida pero sabía que tenia que actuar pronto antes que el Don Calixto la crucificara con otra elección poco acertada .

EldotorcitoFlynn consideraba la desaparición del Pascualito como un mal augurio y sin ninguna explicación empaquetó todos sus bartulos y también desapareció. Nadie conocía al dotorcito muy a fondo pero lo habían encontrado en mas de una oportunidad con una estampita que decia: 
Ar n-athair a tha air nèamh: gu naomhaichear d'ainm.
Thigeadh do rìoghachd. Dèantar do thoil air an talamh, 
mar a nithear air nèamh.
Tabhair dhuinn an ar fiachan,
amhuil mar a mhaitheas sinne d'ar
luchd-fiach. Agus na leig am buaireadh sinn,
ach saor sinn o olc. Oir is leatsa an rioghachd agus an
cumhachd agus a'ghòir gu siorruidh. 


Elmisterconor descifró el jeroglífico como una simple oración en su irlandés natal pero el refrán que encontraron en su cuarto les aclaró aún más la naturaleza misteriosa de este hombre tan reservado: Is fear rith maith ná drochsheasamh.
(A good run is better than a bad stand). Simplemente, había huido despavorido, imaginándose que la población dormitante de Californiaville tomaría represalias. Qué equivocado que estaba!. Los vecinos de Don Cícero volvieron a su rutina intoxicante después de la busqueda de rigor y sin ni siquiera decir “por aca pasó el Pascualito” no se lo volvió a nombrar. El Oskar, a la vez, se autoflagelaba en mea culpa y también, como eldotorcitoflyn pensaba que los furiosos cuerpos celestes preparaban la embestida. 

La gorda Palmira preparábase para comenzar su propia embestida y tomar el mando de “lacoloñia” ya que para ella cualquier “corporation” no era más que un “upscale kitchen” pero el misterconor la paró en seco y le aclaró el orden en la pirámide de poder: La cocina, muy a pesar de la Palmira, se ubicaba en el piso de la pirámide por lo que tendría que seguir amasando hasta que se le presentara otra anarquía mas cercana a sus dominios. 


Los vientos del otoño no ayudaron a disipar los nubarrones de pesimismo. Ninguno de los científicos podía encontrar su rumbo otra vez sin la celosa conducción del dotorcitoflyn. El mismisimo misterconor rebotaba entre idea e idea sin dar en el blanco y su notoria habilidad de comando se había evaporado sin aviso. La Palmira, por su lado, seguía revolviendo el caldo de la discordia y buscando nuevos adherentes para su candidatura. La Matilda conocía muy bien la naturaleza de enredadera de la Palmira y sin dudarlo encaró al misterconor y le aclaró la situación de latente rebelión.

Elmisterconor no pudo ser más indiferente a las advertencias y ni siquiera la pollera arriba de los tobillos y la manga corta del insinuante vestido de la Matilda lograron ubicar al misterconor en situación, inducirlo a recapacitar y hacerse cargo de la situación otra vez. Caetano andaba de juerga 24/7 y nadie ya conocía su paradero. Oskar se había convertido en un hermitaño que casi ni hablaba y esperaba resignado el desenlace estelar. Fabrizio a duras penas le seguía los pasos al brasilero. Massimo se había enamorado perdidamente de la Araceli y vivían a base de poco productivos arrumacos. Exodus venía con tanta hambre después de sus correteadas diarias que no había provisión que alcanzara. La Palmira lo veía llegar y escondía cuanto podía antes de que “élhuracánexodus”(como se lo conocía ahora), barriera con todo. El laboratorio se había convertido en un aguantadero de tubos de ensayo de demás instumentos y los energúmenos hasta se habían comido hasta los animales de estudio comestibles y abandonado a su suerte a los demás. Jackson y Alexandrov eran los únicos que parecían seguir en sincronía y concentrados en el plan original no se sabía si por iniciativa propia o por miedo al “Big Brother” .


Con más tiempo libre a su disposición, la Matilda se abocó dedicadamente al trabajo de seducción. No tenía ni idea de cómo conquistarse al misterconor pero la intuición es la mejor consejera y la gurisa solo siguió sus instintos. Hubiera preferido poder confiar en la madrecita para las palabras sabias pero la Doña Felisa no tenía tiempo para pendejadas y estaba más que atareada planeando la próxima estrategia ahora que el campo de juego estaba liberado y tenían piedra libre para la acción, siempre y cuando el oportuno de Don Calixto no se apareciera de sorpresa con otra idea maestra.

La Matilda entonces, abandonada a sus propias ideas, se puso a trabajar sin dejar que ninguna de las otras chirucitas del pueblo se le acercaran al candidato. Nadie queria probar en carne propia la ira de los Contreras así que la Matilda se encontró sin adversarias. Elmisterconor era el único que estaba al margen de la estrategia, pero todos los demás sabían que si se armaba una pareja, al Don Calixto no lo paraba nadie.

El pobrecito del misterconor había tenido pocas oportunidades de hablar con el padre de la Matilda pero podía recordar claramente que un rosario de palabrotas seguían obligatoriamente a cualquier oración con total naturalidad. Y bien que comprobó que no hay que menospreciar el poder de la leyenda popular porque cuando llegó el momento de enfrentar al don y comunicarle que había sucumbido a los encantos de la Matilda, el Viejo estalló en una novena de maldiciones y exabruptos que dejaron al misterconor en total parálisis facial; estupefacto. Nada detuvo sin embargo a la Matilda que estaba más que decidida esta vez a desafiar las prerrogrativas del padre y salirse con la suya. Doña Felisa, mientras tanto, le rezaba piadosamente al San Antonio para que tomara cartas en el asunto y la dejara preocuparse de sus otras hijas con menos suerte. 

Elmisterconor estaba decidido a casarse con la Matilda para sorpresa de todos. Los Contreras no eran de fortuna aunque los mas prósperos del pueblo y la Matilda era preciosa sin duda pero ninguna gema en bruto, más bruta que gema. Los chanchullos políticos dejaban más de unos pesos de ganancia a Don Calixto y aunque Doña Felisa se daba sus gustos, era bastante austera. Los Contreras no se caracterizaban por la ostentación ni los aires de nuevos ricos, lo que permitía a Don Calixto seguir explotando sus negocios poco transparentes y bastante rentables sin cuestionamientos. 

Todos menos elmisterconor tenían sus mentes puestas en el vil metal. Nadie sabía que la razón por la que elmisterconor había terminado allí era justamente para que nadie lo encontrara cuando el poderoso “daddy” estirara la pata. Don Calixto se resignó a lo inevitable y se celebró el casamiento, con todo el pueblo presente y el padrecito Juan oficiando la ceremonia. 

La nueva pareja practicaba lo que se llegó a llamar “indiferencia afectiva” o “The Irish No-Touch”: La Matilda se pasaba los nueve meses de cada año embarazada y elmisterconor se enfrascaba en lecturas profundas y prolongados aislamientos. La vida de paso lento de Californiaville le sentaba muy bien. Se lo notaba rejuvenecido aunque nadie-ni la propia esposa – sabía si era feliz. En pocos años la pareja se había convertido en familia numerosa porque aparentemente las horas de “intellectual isolation” convertían almisterconor en un semental. El Calixto junior o simplemente “eljunior” era el mayor de cinco varones y la Etelvina, la mayor de las cinco mujeres.

Eljunior tenía una melena roja y alambrosa que ocultaba una cara apestada de marcas de un virulento acne que no lo abandonaba ni a sus 20 años. La nariz( de antecesor incierto), luchaba por escapar de esa madreselva de pelos y respiraba airosa gracias a sus anormales dimensiones. Sin saberlo, eljunior era el primero de una nueva generación de semiprimates que sin explicación lógica poblaron Californiaville en esos años. Era como que una epidemia de genes desconstituidos habia encontrado el perfecto laboratorio para multiplicarse caprichosamente, dejando a la fauna local en inferioridad de condiciones. Obviamente que para los ojos de la Matilda eljunior era un Adonis, con todas las cualidades que cualquier quinceañera busca desesperadamente en la base de datos que Dona Eloisa mantenía perfectamente actualizados en la Municipalidad. Elmisterconor no era tan ciego y aunque reconocía ciertos razgos de los Connor que hubiera preferido no reproducir, se autoconvencia que el resultado podría haber sido peor. El resto de la prole compartía ciertos aires de ambos padres y otros de inusual originalidad a los que no se les podía rastrear el origen pero que para bien o mal los distinguía de todos los demás.

Elcalixto, a sus 20 años, no tenía metas claras. Mas aún, no tenía metas. A duras penas había terminado el Liceo y los maestros no podían disimular la emoción de no volver a ver aljunior en las aulas nunca más. Mas de uno había sucumbido de buena gana a los obsequios y demás favores que Doña Felisa les ofrecía a escondidas. Don Calixto se permitía creer que después de todo el nieto le había salido bueno pero almisterconor nadie lo convencía de que el hijo no era un burro. 

Lacolonia hacia años era más que un recuerdo. Los seudocientíficos habían partido con nuevas ideas (o no) hacia destinos inciertos dejando a la pobre Palmira sin ocupación permanente ni súbditos. En el lugar del acentamiento se colocó una plaqueta que ya estaba tapada por los yuyos que decía: “En este lugar se acomodó, por decisión y gracia del Honorable Don Cayetano Pampín, a la Colonia Resplandor, gran emprendimiento que fué el orgullo de Californiaville. A sus fundadores y benefactores, GRACIAS” . El año de la fundación se había borrado y nadie tenía el menor interés en hacer cuentas, Todos estaban envejeciendo y la nueva generación no era muy prometedora. Don Cayetano ya tenía unos gráciles 90 años y seguía a cargo de la dirección y mando de este barco a la deriva de su propio destino.

Lo que nadie esperaba era que elcalixto II sería el que rescataría el pueblo de la omisción histórica. A sus 20 años y relativamente iletrado comenzó a desarrollar secretamente una idea extravagante y alucinógena : “el manimetro”. El manímetro no era un gran descubrimiento de por sí, la implementación era revolucionaria. Toda la población de Californiaville estaría involucrada en el mega proyecto pero no fue fácil instruir a las masas. Más de un desconfiado, desanimado y dubitativo después del fracaso de lacoloñia descartó la idea como insustancial, pavota y poco prometedora. Sin embargo todos apreciaban al Calixto II y el pelirrojo era callado pero popular en su discreto círculo de “self instructed revolutionaries” . La Matilda lo apoyaba en todo, cualquiera fuera la circunstancia o el emprendimiento y a lo largo de los últimos 10 años el Calixto había tenido unas cuantas ideas alocadas. El manímetro era específicamente un instrumento de cálculo… de maníes. Calixto aplicó sus propias dificultades y cero conocimiento de las matemáticas en este ingenioso instrumento y Californiaville fue el único centro productor de maní en el que no se calculaba la cosecha por tonelada sino por unidad.

El manímetro fue un fracaso de marketing y un éxito de ingenio, razón por la cual los únicos que gozaron del estrafalario instrumento fueron los propios ejecutores del proyecto dejando al resto de la humanidad al margen del revolucionario invento. Pero todos se preguntaban qué genialidad seguiría y Calixto paso de ser considerado un paria cultural, y como todo ecuménico, atacado y rescatado ultimamente del oblivio por nadie más que un apático padre que para su propia sorpresa se dio cuenta de que no todo estaba perdido en la descendencia. 

El Calixto II llegó a ser tan grande y famoso como el Calixto I (o Gran Calixto) pero no por su politiquería subterránea sino por sus neuronas aplicadas que, aunque en su primera etapa de desarrollo resistieron embativamente a la educación académica, la sola fuerza de la naturaleza y algunas grapas fortalecedoras lograron ponerlas en funcionamiento. A una oscura etapa de ensayo y error, en el que ninguno de los paisanos salió libre de alguna magulladura, siguió la meseta inspiradora que permitió la elaboración de sus ideas más brillantes.

No se posee bibliografía esclarecedora de los logros del Calixto en esos años pero la leyenda popular lo ubica segundo sólo a la Difunta Correa y seguido a los arañazos por Ceferino Namuncurá. Sin embargo, para el que quiera indagar más de la vida de este misterioso heroe ignorado por tantos, no tiene mas que consultar la base de datos de la Municipalidad de Californiaville, donde la nieta de Doña Eloisa, Enriqueta Paredes, fiel al legado de su abuela, mantiene minuciosos recortes y datos.

Enero 2004

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